« La idea de recurrir a la acu-presión surgió en mí, como suele ocurrir, de un encuentro. Al principio, sólo utilizaba agujas, puesto que así me había formado inicialmente. Ahora bien, algunos puntos resultaban dolorosos y dado que el pensamiento es energía, el dolor llegaba a comprometer la eficiencia del circuito. Luego también soñaba con ayudar a los niños, incluso los bebés, a los cuales, por razones evidentes, la acupuntura no se les puede aplicar.
Un día, compartí mi preocupación con un vendedor de agujas de acupuntura del barrio chino de Sídney. Este me tendió una caja de parches (adhesivos pequeños llenos de microesferas), utilizados por algunos chinos para curarse de la jaqueca, automedicándose. El caso es que se supone que es la microesfera, y no la aguja, la que activa el punto de acupuntura. Él me dio a entender que no perdía nada con intentarlo…
Lo cual hice, aunque no daba mucho crédito al principio. Sin embargo, para mi gran sorpresa, funcionó…
De hecho, un punto de acupuntura es sensible no sólo al pinchazo sino también al calor (en el Extremo Oriente, se utilizan bastoncillos de artemisa incandescentes llamados moxas) y a la presión.
Los parches que el comerciante me había ofrecido actuaban por presión.
Así que pude tratar a mis pacientes, niños y bebés, durante meses y con total tranquilidad.
Hasta que un día me encontré frente a una paciente cuyo bebé había curado, la cual me dijo: «quisiera consultarle personalmente, más sé que cuando se trata de adultos, usted utiliza agujas y yo le tengo fobia a las agujas.»
Ante esta demanda, ensayé aplicar los parches por primera vez sobre un adulto. Lo cual funcionó también…
De modo que, en los años siguientes, utilizaba únicamente los parches, sea con los bebés, los niños o los adultos, con el mismo éxito siempre.
Un día, durante un viaje, me tocó ayudar a una persona. Ella era muy depresiva, se trataba de la amiga de unos amigos míos muy queridos, que, de hecho, me estaban brindando su hospitalidad en aquel momento y que conocían los resultados que había logrado. Mi situación era algo incomoda: podía ver a través de sus miradas cuánto confiaban en que ayudaría a su amiga, pero por otro lado, yo no tenía mis parches a mano y me sentía impotente. Si al menos hubiese estado a cubierto, en la comodidad de mi consultorio. Pero ahí, en el extranjero ¿Qué podía hacer?…
Como nunca lo había intentado anteriormente, no sabía si un circuito impreso con la simple estimulación manual de mis cinco puntos habituales y sin los parches, funcionaría. Pero me sentía obligado a intentar hacer algo, tanto por amistad hacia mis amigos, como por empatía hacia esta persona.
Entonces intenté presionar firmemente sobre los cinco puntos con los que solía trabajar habitualmente con los parches… ¡y el resultado fue extraordinario! Resultó ser mucho más rápido de lo que solía lograr con los parches. ¡Fue casi instantáneo! … En cuestión de minutos, la joven se sintió liberada de la presión que tenía en el pecho…
Había nacido la Psico-Bio-Acupresión.
Por tratarse de un método sencillo, también quise simplificar su nombre, reduciéndolo a las tres letras: P.B.A. (Acupresión que actúa sobre el Psiquismo, sin recurrir a ningún medicamento, lo cual hace que sea una terapia «Bio»).
Algunas semanas más tarde, pensé que si ya no eran necesarios ni parches, cualquiera podría hacer lo que yo había hecho. El próximo paso surgió naturalmente: empecé a enseñarle a mis pacientes cómo ensayar estos circuitos sobre ellos mismos. Luego me dediqué a enseñarlo en talleres.»
Pierre-Noël DELATTE